miércoles, 27 de mayo de 2009

OÍR PARA APRENDER A PARA HABLAR Y OÍR PARA ENTENDER LO QUE SE HABLA.



Por Ana María.




Durante mucho tiempo la única solución posible al problema de la sordera fue el uso de la trompetilla y otros utensilios que actuaban como simples resonadores. Desde la más remota antigüedad existen artículos de ayuda acústica, por ejemplo en libros del vaticano existe una descripción de un cuerno que ayudaba al rey para hacerse oír a distancia.

La aplicación de la tecnología a la corrección de pérdida auditiva.
Las primeras prótesis merecedoras de este nombre fueron los tubos acústicos y las trompetillas de Henrik van Etten(1624) y el primer estudio científico sobre la transmisión del sonido por tubos lo hizo el jesuita Athanasius Kircher, en el siglo XVII trata este, de un perfeccionamiento del gesto natural de colocarse la mano por detrás del pabellón, tan característico de los sordos. No obstante, durante el siglo XVIII, el célebre Le Cat realizó exhaustivos estudios destinados a diseñar diversos modelos de trompas acústicas con una eficacia mejorada.
A finales del1800, existían trompas acústicas "científicamente diseñadas" para conseguir los mejores resultados posibles. .Las trompetillas fueron durante siglos el único mecanismo de ayuda auditiva disponible, y su uso por personajes famosos, como Beethoven, les ha dado cierta repercusión popular.
Dentro de estas prótesis mecánicas hay que recordar las que se apoyaban en la conducción ósea El Audiphone de Richard Rhodes (1879) consistía en una lámina de goma dura con mango que remedaba un abanico, y se podía apoyar disimuladamente en los dientes para que desde allí se transmitiera la vibración sonora a la cobertura ósea del oído interno.

Prótesis eléctricas
La primera prótesis auditiva con amplificación eléctrica no existió hasta finales del siglo 19. Alexander Graham Bell inventó el teléfono después de construir un amplificador de audio para su esposa, que padecía de sordera.




Pero el que le dio uso de audífono al teléfono fue el estadounidense Millar Reese Hutchinson. Por que habilitó uno, con motivo de la coronación de la reina Alejandra, esposa de Eduardo VI de Inglaterra: la reina era sorda y gracias al invento de Hutchinson, una especie de voluminoso teléfono portátil, pudo seguir la ceremonia y atender a las preguntas de ritual con entera corrección.

El problema es reemplazar la disfunción de algunos de los mecanismos que intervienen en el proceso de audición. Cosa compleja ya que, falta conocimiento del sistema de decodificación que realiza nuestro sistema auditivo.

Hoy el objetivo de los sistemas de prótesis auditivas es conseguir una señal lo más fiel, empero es pensado en personas con audición normal. Sin embargo, cuando pretendemos corregir una pérdida auditiva, nos enfrentamos a un sistema auditivo dañado, existen fenómenos que producen una percepción acústica en ausencia de estímulos externos. ¿Debemos entregar a un oído dañado, sonidos lo más fiel posible a la original? Las últimas dos décadas se han logrado desvelar importantes incógnitas acerca de la fisiología del sistema auditivo, que se han materializado en sistemas de proceso de señal propuestos por diferentes fabricantes. Sólo la profundización en dichos conocimientos ha hecho que valiera la pena la inversión en desarrollo tecnológico necesaria para implementar algoritmos de proceso muy complejos en el reducido espacio que requiere un audífono. El último paso en este desarrollo es la aplicación del procesado digital de señal a un audífono, que abre las puertas a un sinfín de posibilidades, cuya explotación depende de la continuidad en el avance del conocimiento sobre la fisiología de la audición.

Además de los aspectos puramente científicos, existen toda una serie de condicionantes socioeconómicos en el mundo de las prótesis auditivas que no deben obviarse, ya que en gran medida condicionan las tendencias de la industria de este sector. La sordera, en la mayoría de los casos, obedece a una lesión sensorial, por lo que ninguna solución podrá restituir totalmente la audición perdida. Sí, en cambio, mejorarla.

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